El cuerpo: más allá del falo, la imagen y la castración
DOI :
https://doi.org/10.35305/rpu.v0i3.38Mots-clés :
Cuerpo, Imaginario, Falo, Goce, SíntomaRésumé
La equiparación de las tres dimensiones de la palabra: real, simbólico e imaginario, le permiten a Lacan conformar una noción de cuerpo apta para proponer el equívoco significante como modo privilegiado de la interpretación analítica. El hilo de la alteridad posibilita advertir que el sentido -en tanto partenaire del significante- cede su lugar en sus últimos seminarios a la sustancia gozante , ese misterio que –en tanto real- articula las palabras con el cuerpo. De esta manera, conforme el falo cede su lugar como referente último de la significación, el síntoma se reduce a una escritura que no comunica nada. Aquí la nominación no describe , tan solo acompaña la nada que la disyunción entre los tres registros dibujan en el nudo borromeo. No en vano, Lacan observa que el cuerpo es un agujero del cual no tenemos idea, con toda la carga metafísica que tal palabra comporta en tanto representación disponible a la visión del pensamiento, residuo imaginario de la perspectiva aristotélica que otorgaba aliento a la castración imaginaria. El cuerpo que Lacan propone responde a un imaginario no especular, producto de un decir que el campo femenino (la prójima) actualiza más allá de todo universal.