Y que bien que estaba la angustia
DOI:
https://doi.org/10.35305/rpu.vi7.146Palabras clave:
angustia, corte, libertad, innombrable, síntomaResumen
En la angustia le va a uno inhóspitamente. Es decir, no se está en su casa.
El “ante que” de la angustia no es ningún ente intramundano, es indeterminado. Esta indeterminación, no es una mera ausencia de determinación sino “la imposibilidad esencial de ser determinado”. La angustia hace patente la nada, la nada que somos en ese instante.
En la angustia no hay yo ni tú, estamos en suspenso, hay uno en suspenso
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Citas
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